lunes, 18 de enero de 2016

¿FRÍO O CALOR?, ¿QUE ME PONGO?

Todos los días recibo en consulta la misma pregunta ante diferentes lesiones: ¿Qué me pongo: frío o calor? Según mi experiencia, la mayoría de pacientes no tienen claras las reglas generales de aplicación del frío y del calor. Con este post pretendo que se adquieran unas nociones generales, pero es importante tener en cuenta que ante cualquier duda la respuesta la tiene tu fisioterapeuta de confianza, así que, si tienes alguna duda lo mejor que puedes hacer es llamarlo.

Aplicar Hielo Fisioterapia


Crio-terapia o frio ¿cuándo aplicar?

Se aplica en la fase inicial de la lesión, esto es, cuando acaba de producirse o durante la fase inflamatoria, como mucho durante los tres días siguientes (72h).
Existen unas bolsas de gel muy cómodas que venden en farmacia y ortopedias fáciles de aplicar, ya que se sacan del congelador y poniendo por medio una tela fina para evitar quemaduras superficiales, se pueden aplicar al día tantas veces como se quiera.

¿Cuándo no ponerme hielo?

No aplicaremos hielo cuando hayan transcurrido 72 horas desde la lesión, ya que a partir de ese momento ralentizamos la curación al provocar una vaso-constricción arterial.

Tampoco lo usaremos antes de hacer ejercicio; el frío provoca disminución de temperatura y hace que el tejido se vuelva menos elástico y pierda fuerza.

Igualmente, evitaremos el hielo en casos de hipersensibilidad al frío, vaso-espasmos, problemas circulatorios o problemas cardíacos graves.

TERMO-TERAPIA O CALOR, ¿CÓMO Y CUÁNDO?

Aplicaremos calor siempre que haya pasado la fase inflamatoria mencionada anteriormente (3 días tras la lesión), o incluso podemos combinarla con el frío haciendo baños de contraste en algunas lesiones inflamatorias para ayudar a la disminución de la misma.

El tiempo de aplicación será aproximadamente de 20 minutos. Al aplicar calor estamos produciendo un aumento de sangre en la zona, una disminución de la presión arterial y un efecto sedante, debido a la relajación muscular, y alivio de la fatiga muscular.

Existen diferentes métodos de aplicación de calor como mantas eléctricas, sacos de semillas, fangos, parafina, lámpara de infrarrojos... debemos tener en cuenta que, al igual que el frío, el calor también nos puede quemar, así que atentos a la sensibilidad y a la pigmentación de la piel.

Aplicaremos calor en los siguientes casos:
  • Contracturas, lesiones por esfuerzo, mala postura, rigidez
  • Antes de entrenar, para aumentar la flexibilidad y evitar lesiones.

¿Cuándo no ponerme calor?

Nunca deberemos poner calor si existe inflamación: si la zona está caliente, enrojecida e hinchada - síntomas de inflamación - puede que a esa zona le venga mejor el frío.
Por supuesto, tampoco lo aplicaremos durante los tres primeros días tras un golpe, esguince, fractura... ya que la inflamación aún está presente.

En casos de anestesia o alteración de la sensibilidad deberemos tener especial cuidado por el riesgo de quemaduras.

Tampoco aplicaremos calor en procesos infecciosos, cardiopatías descompensadas, ni en caso de alteraciones de la tensión arterial como en hipo-tensión grave.

NOTA: Como he dicho anteriormente, el objetivo de este post es adquirir unas nociones básicas sobre el calor y el frío, pero no podemos dejar de consultar a nuestro fisio o medico. Asimismo, debemos aplicar tanto el frío como el calor con moderación, para evitar posibles quemaduras.

Antonio Bretones Fernández, fisioterapeuta-osteópata (Fisioterapia Clínica Bretones Fernández)

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