Todos los días recibo en consulta la
misma pregunta ante diferentes lesiones: ¿Qué me pongo: frío o
calor? Según mi experiencia, la mayoría de pacientes no tienen
claras las reglas generales de aplicación del frío y del calor. Con
este post pretendo que se adquieran unas nociones generales,
pero es importante tener en cuenta que ante cualquier duda la
respuesta la tiene tu fisioterapeuta de confianza, así que, si
tienes alguna duda lo mejor que puedes hacer es llamarlo.
Crio-terapia o frio ¿cuándo aplicar?
Se aplica en la fase inicial de la
lesión, esto es, cuando acaba de producirse o durante la fase
inflamatoria, como mucho durante los tres días siguientes (72h).
Existen unas bolsas de gel muy cómodas
que venden en farmacia y ortopedias fáciles de aplicar, ya que se
sacan del congelador y poniendo por medio una tela fina para evitar
quemaduras superficiales, se pueden aplicar al día tantas veces como
se quiera.
¿Cuándo no ponerme hielo?
No aplicaremos hielo cuando hayan
transcurrido 72 horas desde la lesión, ya que a partir de ese
momento ralentizamos la curación al provocar una vaso-constricción
arterial.
Tampoco lo usaremos antes de hacer
ejercicio; el frío provoca disminución de temperatura y hace que el
tejido se vuelva menos elástico y pierda fuerza.
Igualmente, evitaremos el hielo en
casos de hipersensibilidad al frío, vaso-espasmos, problemas
circulatorios o problemas cardíacos graves.
TERMO-TERAPIA O CALOR, ¿CÓMO Y CUÁNDO?
Aplicaremos calor siempre que haya
pasado la fase inflamatoria mencionada anteriormente (3 días tras la
lesión), o incluso podemos combinarla con el frío haciendo baños
de contraste en algunas lesiones inflamatorias para ayudar a la
disminución de la misma.
El tiempo de aplicación será
aproximadamente de 20 minutos. Al aplicar calor estamos produciendo
un aumento de sangre en la zona, una disminución de la presión
arterial y un efecto sedante, debido a la relajación muscular, y
alivio de la fatiga muscular.
Existen diferentes métodos de
aplicación de calor como mantas eléctricas, sacos de semillas,
fangos, parafina, lámpara de infrarrojos... debemos tener en cuenta
que, al igual que el frío, el calor también nos puede quemar, así
que atentos a la sensibilidad y a la pigmentación de la piel.
Aplicaremos calor en los siguientes
casos:
- Contracturas, lesiones por esfuerzo, mala postura, rigidez
- Antes de entrenar, para aumentar la flexibilidad y evitar lesiones.
¿Cuándo no ponerme calor?
Nunca deberemos poner calor si existe
inflamación: si la zona está caliente, enrojecida e hinchada -
síntomas de inflamación - puede que a esa zona le venga mejor el
frío.
Por supuesto, tampoco lo aplicaremos
durante los tres primeros días tras un golpe, esguince, fractura...
ya que la inflamación aún está presente.
En casos de anestesia o alteración de
la sensibilidad deberemos tener especial cuidado por el riesgo de
quemaduras.
Tampoco aplicaremos calor en procesos
infecciosos, cardiopatías descompensadas, ni en caso de alteraciones
de la tensión arterial como en hipo-tensión grave.
NOTA: Como he dicho anteriormente, el
objetivo de este post es adquirir unas nociones básicas sobre el
calor y el frío, pero no podemos dejar de consultar a nuestro fisio
o medico. Asimismo, debemos aplicar tanto el frío como el calor con
moderación, para evitar posibles quemaduras.
Antonio Bretones Fernández,
fisioterapeuta-osteópata (Fisioterapia Clínica Bretones Fernández)
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