viernes, 8 de enero de 2016

COMER FUERA DE CASA ES SINÓNIMO DE COMER MÁS Y PEOR

Hamburguesa
Foto: El País
Existen varios estudios que demuestran lo que parece una obviedad, que la mayoría de personas que comen fuera de casa consumen de media unas 200 calorías más al día que cuando cocinan en casa; pero la cosa no queda ahí, además consumen más grasas saturadas, sal, alcohol y azúcar.

Los mayores problemas se presentan cuando una persona come fuera de casa a diario, por motivos laborales, falta de tiempo para cocinar, por no poseer destreza en la cocina, etc. Aunque existen otros factores a tener en cuenta como la tradición de la zona geográfica donde nos encontremos, me refiero por ejemplo a lo que sucede en el sur: buena temperatura, bebida acompañada de tapa, buena relación calidad-precio, cultura de salir a comer o cenar fuera de casa, etc. Situación que en otros puntos geográficos no se da de igual forma, pues el tiempo suele ser un factor determinante, así como el precio.

Tampoco debemos olvidar que no es lo mismo comer en un bar, en un restaurante, pedir comida a domicilio o en una cadena de comida rápida; ni tampoco que el consumidor es siempre el que acaba decidiendo. Pero por norma general se toman alimentos con mayor densidad energética, en muchas ocasiones calorías vacías enmascaradas y porciones más grandes.

Recordando el dato que barajábamos al principio del artículo, en el hipotético caso de que comiésemos los 365 días del año fuera de casa, consumiendo una media de 200 calorías más diarias; al cabo de un año serían: unas 73000 calorías más, o dicho de otra forma habríamos cogido unos 10 kilos de peso corporal.

Para evitar consumir más calorías de las necesarias, debemos de mantener la cordura y el sentido común, elegir acompañamientos de verduras, pedir una buena ensalada, no subestimar las porciones grandes que nos sirven, evitar los fritos, las salsas y los entrantes calóricos, tomar agua mejor que ninguna otra bebida y nuestro postre debería ser fruta en la mayoría de las ocasiones.


Para terminar recordaros que comer fuera de casa debería ser una excepción y no la norma, que todos lo hacemos y es un placer, pero no olvidar que si lo hacemos con mucha frecuencia y no elegimos bien nuestros platos acabará siendo un problema para nuestra salud.

Antonio Serrano, nutricionista y tecnólogo de los alimentos.

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