TRAUMATISMOS DENTALES Y DEPORTE
La traumatología oral es uno de los apartados más importantes dentro de la odontología del deporte. Está comprobado cientifícamente, que una óptima salud bucodental mejora el rendimiento de los deportistas, sin embargo, todavía la salud bucal de un elevado número de deportistas es inferior al nivel medio de la población general. Así, los traumatismos relacionados con la actividad deportiva, tanto en el ámbito amateur como en el de élite, se producen mayormente durante las tres primeras décadas de la vida, que es cuando más actividad deportiva se ejercita –se calcula que involucra al 90% de la población joven adulta–. Sus consecuencias van desde lesiones en tejidos blandos (labios y lengua) a las de tipo óseo y, sobre todo, dentales.
Más de 5 millones de piezas dentales se pierden al año entre la población, siendo el traumatismo deportivo el causante de hasta el 39% de los casos. Aunque la creencia es que en los deportes de contacto como el rugby o el boxeo se producen más traumatismos dentales, la realidad es bien diferente, ya que en este caso los deportistas llevan protectores bucales. Es en los deportes de menos riesgo, como el fútbol, el baloncesto y el balonmano, donde existe mayor incidencia de pérdida de piezas dentales y esto se debe a que no es obligatorio el uso de los citados protectores.
Los protectores bucales son dispositivos intraorales de plástico flexible que nos permites proteger las estructuras orales y periorales en caso de impacto o golpe accidental, por lo que son muy recomendables cuando se practican determinados deportes o actividad física.
No solo van a proteger las estructuras dentales, evitando fracturas, luxaciones o incluso avulsiones, sino que también evitan lesiones graves como hemorragia cerebral, fractura de mandíbula o lesiones cervicales.
La Sociedad Española de Odontología del Deporte recomienda el uso de protector bucal en dos grupos de actividades deportivas, donde debe tenerse en cuenta el riesgo de accidentes:
1) Deportes de alto riesgo:
- Artes marciales
- Boxeo (inglés y libre)
- Fútbol (americano, soccer)
- Hockey en todas sus variantes
- Patín carrera
- Rugby
- Baloncesto
- Aladeltismo
- Lacrosse
2) Deportes de mediano riesgo:
- Equitación
- Buceo
- Paracaidismo
- Gimnasia
- Squash
- Waterpolo
También se ha confirmado que el uso de dispositivos bucales para estabilizar la articulación temporomandibular mejora las interacciones entre los músculos de la parte superior del cuerpo, obteniendo así una mejora del rendimiento deportivo.
Las afecciones cráneo mandibulares también son frecuentes en quienes se ejercitan a modo profesional y donde la ATM (articulación temporomandibular) sufre y suma microtraumatismos del bruxismo, o apretamiento dental, producido por el estrés al que están sometidas estas personas, sobre todo quienes se desempeñan en alto redimiento. En esta misma línea, el bruxismo no sólo afectará a las piezas dentales (desgastes) sino que también provocará dolores a nivel de la musculatura de la cabeza, cuello y espalda.
Por tanto, las expectativas de alto rendimiento en atletas de élite sólo pueden conseguirse con una salud completa, incluida la oral. El tiempo, el esfuerzo y el gasto económico invertidos en alcanzar el máximo nivel no pueden ser eclipsados por problemas odontológicos que se pueden prevenir. La necesidad de incorporar un odontólogo al equipo de apoyo del deportista es más que evidente.
Es fundamental educar y motivar al deportista en su higiene bucal, así como enseñar una técnica de cepillado correcta, uso de hilo dental, monitorizar la dieta y el consumo de bebidas isotónicas (rehidratantes, energizantes, geles), mantener control e información sobre fármacos utilizados en tratamientos odontológicos (doping), diagnosticar maloclusiones y respiración bucal, acompañar tratamientos de ortodoncia, etc. De la misma manera, el odontólogo del deporte actúa principalmente en la prevención, protegiendo los dientes y tejidos adyacentes de posibles lesiones o traumatismos externos o internos que pueden surgir durante la práctica deportiva, concientizando al atleta sobre la necesidad del uso de un protector bucal personalizado confeccionado y diseñado en el gabinete dental según el tipo de deporte u actividad física que realice.
Por último, recordar unos consejos para el cuidado del protector bucal:
Lave el protector bucal con agua tibia (no caliente) y jabón.
Antes de guardarlo, se puede sumergir el protector bucal en antiséptico bucal, lo que favorece su limpieza.
Mantener el protector bucal en una caja de plástico bien ventilada cuando no lo use. La caja debe tener varios orificios para que el protector se seque.
NO dejar su protector bucal en contacto directo con la luz solar o fuentes de calor directo.
Evitar doblar el protector bucal al guardarlo.
NO usar el protector bucal de otra persona.
Acudir a la consulta dental cada cierto tiempo para su revisión.
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