“ No siempre lo que se ha realizado toda la vida es lo adecuado” esta es la frase que usamos mucho con nuestros pacientes que nos ponen esa premisa como la excusa perfecta para usar un método que de por sí ya es obsoleto.
Por eso hoy queremos dedicar el post a un utensilio que a día de hoy se sigue usando en bebés, aunque por suerte cada vez va quedando más en desuso ; hablamos del andador o tacatá.
La academia estadounidense de pediatría ha pedido su prohibición y sugieren la eliminación de su uso. La utilización habitual de estos dispositivos teóricamente sería para ayudar al bebé al desarrollo de la deambulación, pero casualmente provocan el efecto contrario. Hay una frase muy clara que quiero pronunciar “si un niño no camina, es porque no está preparado ni a nivel estructural ni psicomotor para hacerlo” y el que no lo haga relativamente pronto no implica patología alguna en el mismo. Desde los 12 hasta los 18 meses un bebé puede desarrollar la deambulación pero si el bebé se demora unas semanas tampoco es demasiado importante ni patológico.
Ya se adelantó a descartarlo del mercado Canadá desde 2004 y Brasil se unió en el año 2013. Estos países lo retiraron de la venta por los traumatismos que provocaban en niños, ya que el poder desplazarse por toda la casa provocaba caídas por escaleras o golpes en la cabeza. Un dato curioso es que según estudios , en Estados Unidos 250.000 niños fueron tratados por traumatismos entre 1990 y 2014 (AAP); quemaduras, envenenamientos y heridas fueron otros procesos tratados en urgencias. El andador multiplica por 4 el riesgo de caída por escalera y por 2 el de fracturas.
Bebe intentando levantarse para caminar. Imagen Unsplash |
Por otro lado, a nivel psicomotor, como fisioterapeuta, tengo que comentar que comenzar los primeros pasos con un andador es una mala idea. Según el comité de seguridad y prevención de seguridad de la AEP lo desaconseja. Cuando ponemos al bebé en el tacatá usa otros músculos diferentes a los de la deambulación normal, por lo que no nos va a ayudar a adelantar este proceso. Además no aprende a caerse y levantarse ni desarrolla el equilibrio, ya que esta dentro del mecanismo sin tener que activarlo de forma refleja. Aún no se ha demostrado que las personas que usaron andador en su infancia han padecido patologías de rodilla o caderas con el paso de los años, pero es cuestión de tiempo que salga algún estudio al respecto.
Con toda esta información solo tienes que decidir por ti mism@ el uso de este utensilio y valorar si tu bebé realmente lo necesita y recuerda la frase del principio de este post “ No siempre lo que se ha realizado toda la vida es lo adecuado”.
Antonio Bretones Fernández, fisioterapeuta-osteópata (Fisioterapia Clínica Bretones Fernández)
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