lunes, 3 de diciembre de 2018

El desarrollo del sexto sentido en el niño


Las experiencias sensoriales y su influencia en la alerta dependen de cada niño. 

Los ejercicios de manipulación son ideas positivas encaminadas a estimular los sentidos del tacto y propioceptivo de los niño; en la actualidad, ambos pierden importancia frente a los sentidos de la vista y el oído, ya que las nuevas tecnologías están en constante estimulación en la vida cotidiana de los niños. 

Los juegos con masas sensoriales, como plastilina, pasta de sal, tierra, etc., no son aceptados de forma igual por todos los niños: los hay más atrevidos que de forma espontánea interactúan con dichos materiales y otros que son más tímidos tienen un acercamiento “más prudente” o incluso los ignoran. 

La influencia del tacto en la edad temprana puede ser tan poderosa que la disponibilidad de este estímulo durante el desarrollo del niño impactará sin duda en el comportamiento del adulto ante la sociedad (Montagu,1978; Cohen, 1987). 

¿Qué provoca que cada niño tenga diferentes reacciones? 


A veces influye el entorno. Si constantemente los padres le dicen a un niño “no te manches”, “cuidado con eso”, “no toques eso”, etc, es posible que el niño intente complacer al adulto, siga esas normas y evite el contacto con cualquier experiencia sensorial

Sin embargo, hay casos de familias en las que niños que son hermanos, educados en el mismo entorno, tienen manifestaciones muy distintas a todas las propuestas sensoriales táctiles que se les ofrece. 

Todo esto sucede porque cada niño tiene un umbral de sensorialidad distinto. El hecho de que un niño juegue en el barro y otro prefiera otro tipo de actividad no significa que ambos no estén obteniendo experiencias sensoriales. De hecho, cada uno busca su experimentación sensorial necesaria. 

Cada niño tiene un umbral de sensorialidad distinto


Todas las personas y todos los niños son únicos. Y eso significa que todos percibimos los estímulos externos de forma distinta. Nuestro cuerpo y nuestro cerebro interpreta el entorno y las sensaciones recibidas de forma diferente. 

Y en esa percepción influyen distintos factores, como nuestra personalidad, procesos emocionales, las experiencias previas que modulan el significado que damos a cada cosa, la cultura, el entorno, las motivaciones propias, etc. Es por eso que ante un mismo hecho o suceso las personas tenemos respuestas de lo más variadas. 

Es importante respetar las diferentes percepciones de cada niño, ya que podría estar causando un efecto negativo o una sobreestimulación. 

En el entorno podemos descubrir muchos materiales que ofrecen una gran variedad de texturas con las que cada niño va a interactuar de manera diferente para buscar su propio estimulo. 

Foto: Niño Jugando en la arena


Desde Clínica Bretones Fernández nos gustaría para acabar este post dejaros algunas recomendaciones para mejorar y estimular la sensorialidad del niño.

-Fomenta las experiencias táctiles con la naturaleza; deja que el niño manipule todas las infinitas texturas que el medio nos ofrece, como musgo, piedras, hierba, tierra, agua, resina, etc. 

-Organiza actividades dirigidas por el niño. Por ejemplo, la pintura de dedos deja que el niño lleve el control y decida si usa sus dedos, esponja o pincel para el juego.

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